LIBRETA DE BÁSQUET-DAVID DEL OLMO
El Alimentos de Palencia mostró una buena imagen en su partido del pasado viernes con el Plasencia-Galco. Es justo reconocerlo. Ante un buen rival ofreció detalles para la esperanza aunque, no nos engañemos, todavía el margen de mejora es muy amplio. Igual que al estudiante capacitado debe exigírsele que no se conforme con que se luzca en determinadas materias -las que más le atraigan- y simplemente apruebe el resto, a este conjunto hay que pedirle que, además de lucirse en ataque, se sacrifique bajo su aro; y que al igual que brilla en algunas fases de vendaval ofensivo, buscando las mejores alternativas para lograr la canasta, no se regodee en su calidad individual para que cada uno haga la guerra por su cuenta en otros momentos.De ese choque vale la pena destacar la intensidad con la que saltó a la cancha Bruno Piñeiro. Al margen de sus números, que fueron magníficos, esas ganas de atrapar cada balón, ese convencimiento de que cada tiro iba a entrar y ese esfuerzo en cada jugada (vaciándose, sin pensar en el minuto siguiente, sólo en el que estaba viviendo), son los que ganan partidos, los que contagian a un grupo, los que enorgullecen a una grada. Y para los amantes de la estadística, ese hambre se vio recompensado: 13 puntos en menos de 13 minutos, dos rebotes, dos balones robados, para un 14 de valoración.Pero no me olvido de Javi Pérez, ese pívot silencioso, que anotó sus cinco tiros (en las tres victorias palentinas su serie de canastas de dos es de 16 de 18), cogió cinco rechaces y, prueba de su aportación a veces oscura, es el segundo jugador más valorado del equipo, tras Santana (le ganó la partida a Blair en el duelo de MVP’s con sus 16 puntos y 13 rebotes).Por último, en cuanto a Maio, podemos considerarlo como el termómetro del juego colectivo del equipo en este choque: el capitán, que intentaba una media de diez tiros por encuentro hasta el viernes (y era el mejor jugador exterior en porcentajes), fue capaz de lanzar sólo cuatro veces (no importa que los fallara) en 27 minutos, dejando de lado cualquier protagonismo individual y repartiendo juego a sus compañeros (10 asistencias, récord de la jornada). Chapeau para Sebastien.
El Alimentos de Palencia mostró una buena imagen en su partido del pasado viernes con el Plasencia-Galco. Es justo reconocerlo. Ante un buen rival ofreció detalles para la esperanza aunque, no nos engañemos, todavía el margen de mejora es muy amplio. Igual que al estudiante capacitado debe exigírsele que no se conforme con que se luzca en determinadas materias -las que más le atraigan- y simplemente apruebe el resto, a este conjunto hay que pedirle que, además de lucirse en ataque, se sacrifique bajo su aro; y que al igual que brilla en algunas fases de vendaval ofensivo, buscando las mejores alternativas para lograr la canasta, no se regodee en su calidad individual para que cada uno haga la guerra por su cuenta en otros momentos.De ese choque vale la pena destacar la intensidad con la que saltó a la cancha Bruno Piñeiro. Al margen de sus números, que fueron magníficos, esas ganas de atrapar cada balón, ese convencimiento de que cada tiro iba a entrar y ese esfuerzo en cada jugada (vaciándose, sin pensar en el minuto siguiente, sólo en el que estaba viviendo), son los que ganan partidos, los que contagian a un grupo, los que enorgullecen a una grada. Y para los amantes de la estadística, ese hambre se vio recompensado: 13 puntos en menos de 13 minutos, dos rebotes, dos balones robados, para un 14 de valoración.Pero no me olvido de Javi Pérez, ese pívot silencioso, que anotó sus cinco tiros (en las tres victorias palentinas su serie de canastas de dos es de 16 de 18), cogió cinco rechaces y, prueba de su aportación a veces oscura, es el segundo jugador más valorado del equipo, tras Santana (le ganó la partida a Blair en el duelo de MVP’s con sus 16 puntos y 13 rebotes).Por último, en cuanto a Maio, podemos considerarlo como el termómetro del juego colectivo del equipo en este choque: el capitán, que intentaba una media de diez tiros por encuentro hasta el viernes (y era el mejor jugador exterior en porcentajes), fue capaz de lanzar sólo cuatro veces (no importa que los fallara) en 27 minutos, dejando de lado cualquier protagonismo individual y repartiendo juego a sus compañeros (10 asistencias, récord de la jornada). Chapeau para Sebastien.
Publicado en Diario Palentino.